Monumento Patrimonio Nacional Mayor del Gran Cañón

En 1908 el presidente Theodore Roosevelt designó al Gran Cañón como un monumento nacional, haciendo uso de su poder ejecutivo para proteger uno de los tesoros naturales más grandiosos de Estados Unidos. El presidente pidió a los estadounidenses dejar esta gran maravilla de la naturaleza permanecer como estaba. Sólo podemos estropear su grandeza, su sublimidad y su belleza, dijo - no mejorar sobre ella.

Foto por Kaibab National Forest.

Más de 100 años después, mucho más del ecosistema del Gran Cañón ha sido protegido a través de la creación del Parque Nacional del Gran Cañón y la designación del Monumento Nacional del Gran Cañón-Parashant. Pero la gran visión de Roosevelt sigue sin cumplirse ya que, la explotación forestal de edad madura y los impactos heredados de la extracción de uranio siguen sin disminuir en tierras públicas a las afueras de los límites de estos espacios protegidos.

Así, el Centro propone que se designe otro monumento: el Monumento Patrimonio Nacional Mayor del Gran Cañón. Además de proporcionar un hábitat para las especies en peligro de extinción como lo son el búho moteado mexicano y el cóndor de California, la endémica ardilla Kaibab y el majestuoso gavilán azor, los 1.7 millones de acres de este monumento propuesto contienen tesoros ecológicos característicos y únicos, incluyendo la meseta de Kaibab, con uno de los bosques de pino ponderosa de antiguo-crecimiento más grandes del sudoeste; Alberga el Valle de la Roca, un alejado ecosistema de pastizales; el corredor de vida silvestre Kaibab-Pausaguant, el cual facilita la migración y la supervivencia de los grandes mamíferos como el ciervo mula y berrendo; y las aguas que sostienen la vida de Kanab Creek y los manantiales del extremo sur del Gran Cañón.

La cuenca también es el hogar de tierras de gran importancia para los Hopi, Zuni, Hualapai, Havasupai y Navajo - y fue históricamente el hogar de los pueblos Clovis, Basketmaker y Puebloan. Se han documentado más de 3,000 antiguos sitios arqueológicos en la región, que datan del 11,000 AC, y éstos representan sólo una fracción de los registros humanos históricos de la región. La declaración de esta zona como un monumento no sólo protegería su herencia tribal antigua - sino que también podría apoyar las economías de las tribus locales, al estimular aún más el turismo.

Por favor tome acción ahora para ayudarnos a conservar la cuenca del Gran Cañón como monumento nacional. (La alerta de acción se encuentra en inglés.)

 

Foto por Sasha Vasko/Flickr